Elemento, función, déficit y fuente de alimentación
Oxígeno (65%)
El oxígeno (O,8) sirve para formar la estructura de las moléculas biológicas, transformar los carbohidratos, grasas y proteínas de nuestra dieta en calor, energía, y vida. También es esencial en los procesos de respiración de la mayor parte de las células vivas y en los procesos de combustión. Es uno de los elementos más importantes de la química orgánica, indispensable en el ciclo energético de los seres vivos, y esencial en la respiración celular de los organismos aeróbicos, como los seres humanos.
La falta de oxígeno en el cuerpo provocaría que su funcionamiento no fuera el mismo, ya que se acumularían desechos y toxinas, las cuales darían las condiciones para que varios agentes patógenos se desarrollen y afecten nuestra homeostasis.
Se encuentra en los hidratos de carbono (azúcar, arroz, pasta, miel, cereales integrales, legumbres, carnes y verduras).
La falta de oxígeno en el cuerpo provocaría que su funcionamiento no fuera el mismo, ya que se acumularían desechos y toxinas, las cuales darían las condiciones para que varios agentes patógenos se desarrollen y afecten nuestra homeostasis.
Se encuentra en los hidratos de carbono (azúcar, arroz, pasta, miel, cereales integrales, legumbres, carnes y verduras).
Carbono (18%)
El carbono (C,6) es uno de los elementos más importantes para la vida. Se encuentra en casi todo el cuerpo y con él se producen los enlaces de carbono para la química orgánica. Es un elemento que produce mucha energía, ya que se encuentra en las azúcares (carbohidratos) y en ciertos lípidos, como los glicéridos.
Las consecuencias de la falta de carbono producirían que nuestras moléculas no se unieran correctamente y no tendríamos forma, ya que los átomos estarían sueltos. Además, ya que el carbono es una parte estructural de las biomoléculas (C,H,O,N,P,S), sin su existencia, no serviríamos para nada.
Se encuentra en los hidratos de carbono (azúcar, arroz, pasta, miel, cereales integrales, legumbres, carnes y verduras).
Hidrógeno (10%)
El hidrógeno (H,1) es el elemento más abundante en todo el universo. Junto al oxígeno, forma al agua, que es el principal componente de los seres vivos. También es parte de las 4 macromoléculas indispensables (lípidos, proteínas, carbohidratos y ácidos nucleicos) y además forman los enlaces de los puentes de hidrógeno para las cadenas antiparalelas del ADN.
Si no se encuentra, el ser vivo pierde casi todas sus funciones vitales.
Se encuentra en los hidratos de carbono (azúcar, arroz, pasta, miel, cereales integrales, legumbres, carnes y verduras).
Nitrógeno (3%)
Presente en muchísimas moléculas orgánicas, el nitrógeno (N,7) constituye el 3% del cuerpo humano. Se encuentra, por ejemplo, en los aminoácidos que forman las proteínas y en los ácidos nucleicos de nuestro ADN. Permite la liberación de energía que hay dentro de nuestro cuerpo. Este elemento forma parte estructural de las proteínas y de los ácidos nucleicos.
La falta de nitrógeno en el organismo causa pérdida de grasa, masa muscular y desnutrición.
Calcio (1.5%)
De los minerales que componen el organismo, el calcio (Ca,20) es el más abundante y es vital para nuestro desarrollo. Este elemento forma parte de los dientes y huesos, es necesario para la coagulación de la sangre, participa en la transmisión de impulsos nerviosos, tiene un papel importante en la contracción muscular, estimula la secreción hormonal, contribuye a la activación de enzimas que sirven como mediadores de distintas reacciones químicas, ayuda en la permeabilidad de las membranas celulares y participa en la absorción de la vitamina B12.
La falta de calcio necesario para el correcto funcionamiento de nuestro organismo puede provocar osteoporosis (disminución de la masa ósea y aumento de fragilidad de los huesos), raquitismo (baja mineralización y deformidad ósea) y tetania (alteración en la contracción muscular).
Las fuentes alimentarias principales de donde se obtiene el calcio son:
- leche, yoghurt, queso y otros lácteos
- pescados (sardinas, anchoas, salmón) y mariscos
- vegetales de hoja verde
- aceite de girasol
- leguminosas (legumbres y soya)
- cacahuates y nueves
- agua potable
Fósforo (1%)
El fósforo (P,15) también es muy importante para las estructuras óseas del cuerpo en donde abunda, ya que constituye el 1% del peso total de una persona. No obstante, igualmente predominan en las moléculas de ATP proporcionándole energía a las células. Este elemento forma parte de los huesos y disminuye la pérdida de masa ósea, previene las caries, forma parte de las moléculas de las que se obtiene energía a nivel celular, forma parte del ADN y ARN, así como de las paredes celulares. También colabora en la activación de enzimas, participa en el equilibrio ácido-base de las células y forma parte de la vitamina B6.
Es raro que se dé un déficit de fósforo, pero en caso de darse, se pueden provocar alteraciones óseas, en la contracción muscular, sanguíneas y renales.
Podemos encontrar fósforo en distintos alimentos, como:
- pescado
- carne de ave y ternera
- leche y huevo
- cereales integrales
- frutos secos
Potasio (0.25%)
Aunque ocupa apenas el 0.25% de nuestro organismo, el potasio (K,19) es vital para el funcionamiento del mismo. Ayuda en la regulación de los latidos del corazón y a la señalización eléctrica de los nervios. También es esencial para el crecimiento del organismo, forma parte de los huesos, participa en el equilibrio osmótico (concentración de sustancias de las células), produce proteínas a partir de los aminoácidos, interviene en el metabolismo de los carbohidratos, ayuda a la permeabilidad de las membranas, fundamental para la síntesis de los músculos, participa en reacciones químicas, interviene en la transmisión nerviosa y participa en la contracción muscular.
La carencia de potasio (conocida como hipopotasiemia) ocurre por una mala alimentación o seguir mal una dieta. Ésta provoca debilidad muscular, taquicardias, nivel bajo de tensión arterial, sed, falta de apetito, trastornos neuromusculares, vómitos y malestar.
- Frutas (plátano, kiwi, melón, cítricos, tomate, ciruela y albaricoque)
- Carne roja y pollo
- Pescados (salmón, bacalao y sardinas)
- Cereales integrales, leguminosas
- Brócoli, papas y habas
- Leche y sus derivados lácteos
- Nueces
Azufre (0.25%)
El azufre (S,16) se encuentra en los aminoácidos y es fundamental para darle forma a las proteínas. Además de formar parte de vitaminas y proteínas, también forma hormonas y participa en el metabolismo de lípidos y carbohidratos.
La carencia de azufre en el organismo es rara, pero en caso de que se dé, produce retraso en el crecimiento.
Se encuentra principalmente en carne, pescado, queso, huevos, legumbres, ajo y cebolla.
Sodio (0.15%)
Se trata de otro electrolito vital en lo que refiere a la señalización eléctrica de los nervios. El sodio (Na,11) regula la cantidad de agua en el cuerpo, así como la presión arterial y el volumen sanguíneo. Es esencial para el correcto funcionamiento de músculos y nervios, forma parte de los huesos, participa en el equilibrio osmótico (concentración de sustancias dentro y fuera de las células), colabora en la permeabilidad de las membranas, interviene en la contracción muscular y participa en la transmisión nerviosa.
Aunque es más habitual que los problemas con el sodio se den por exceso, también puede haber un déficit de este mineral, lo que ocasiona debilidad, confusión mental, calambres musculares, alteraciones circulatorias, etc.
La forma de encontrar sodio es en forma de cloruro de sodio (sal de mesa). Las fuentes principales de sodio son:
- Sal en los alimentos de manera natural
- Sales en productos procesados, congelados o enlatados.
- Sal de cocinado o aliño
Casi todos los alimentos contienen sodio de forma natural, como la leche, remolacha, apio, agua potable, carnes procesadas (tocino, jamón, etc.) y sopas y verduras envasadas.
Cloro (0.15%)
El cloro (CI,17) normalmente se encuentra en el cuerpo humano a modo de ion negativo, es decir, como cloruro. Se trata de un electrolito importante para mantener el equilibrio normal de líquidos en el organismo. También participa en el equilibrio osmótico (concentración de sustancias de la célula) y forma parte del HCl gástrico que participa en la digestión.
La deficiencia de cloro produce principalmente pérdida de apetito.
Las fuentes alimentarias de la sal son: componentes de la sal y agua clorada.
Magnesio (0.05%)
Se encuentra en la estructura ósea y de los músculos, siendo muy importante en ambas. El magnesio (Mg,12) es necesario en numerosas reacciones metabólicas esenciales para la vida (activación de enzimas que liberan glucosa). También favorece la formación de proteínas e interviene en el mantenimiento de dientes, corazón y huesos, así como en la contracción y transmisión nerviosa.
Aunque no es muy habitual, puede darse la falta de magnesio (en personas alcohólicas, recién operados, a causa de medicamentos, quemaduras o personas con problemas para absorber la sustancia). Ésta provoca convulsiones, irritabilidad, disminución del apetito y musculación debilitada.
La mayor parte del magnesio se puede obtener de alimentos ricos en clorofila: hortalizas, frutos secos (nueces, almendras), leguminosas (productos con soya), cereales (arroz integral), aunque también está en el limón, higo, maíz, etc.
Hierro (0.006%)
El hierro (Fe,26) es fundamental en el metabolismo de casi todos los organismos vivos. Se encuentra en la hemoglobina y es el portador de oxígeno en las células rojas de la sangre. También forma parte en el proceso de respiración celular e integra la mioglobina (almacén de oxígeno en el músculo). Tiene un papel fundamental en la síntesis de ADN y en la formación de colágeno, además de aumentar la resistencia de las enfermedades.
En mujeres es bastante frecuente su déficit, debido a la menstruación, además, en el embarazo la madre le pasa el hierro al bebé, disminuyendo su nivel en el cuerpo. Estas situaciones pueden causar una anemia ferropénica. Los síntomas de esta enfermedad son: cansancio, fatiga, palidez, bajo rendimiento y aumento en la probabilidad de partos prematuros.
El hierro se encuentra principalmente en:
- hígado
- carnes rojas
- pollo
- riñón
- morcilla
- pescado
- huevos
- mejillones
- cereales, germen de trigo
- legumbres
Otros elementos químicos
Otros elementos químicos que constituyen el cuerpo humano son el Cobre, Zinc, Selenio, Molibdeno, Flúor, Yodo, Manganeso, Cobalto, Litio, Estroncio, Aluminio, Silicio, Plomo, Vanadio, Arsénico, entre otros.
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